En muchas ocasiones hemos comentado el significado de Yoga. ¿Pero sabrías decir de qué manera puede cambiar el ecosistema con la práctica de Yoga? Hoy, damos un poco más de luz a éste tema.
Yoga es una palabra en sánscrito que significa Unión: la unión del cuerpo y la mente, la unión del ser humano y su entorno, la unión de la persona y el universo.
Desde la práctica de Yoga se busca hacer a la persona consciente:
- consciente de lo que hace a cada momento,
- consciente de su respiración vinculándola así con su propia naturaleza y con su entorno,
- consciente de su relación con otras personas y con la naturaleza que le acoge.
De ahí que la práctica de Yoga no es sólo un mero ejercicio de estiramiento. Es una disciplina milenaria que ayuda a hacernos conscientes del estilo de vida que llevamos, ofreciéndonos diferentes herramientas para poder cambiarlo si así lo necesitáramos. Desde esa nueva conciencia que se despierta, desde el cambio de estilo de vida, practicar Yoga puede ayudar también a hacer frente al cambio climático que amenaza el planeta y a todos los que vivimos en él.
B.K.S. Iyengar: «El yoga es transformador. No sólo cambia nuestra forma de ver las cosas, sino que transforma a la persona que ve.»
Quizá alguien se pueda preguntar en este punto, cómo puede ayudar al ecosistema el practicar por ejemplo la postura del árbol (vrksásana). Muchas de las posturas de yoga evocan a la naturaleza (árboles, plantas, animales). Se basan en la observación y respeto. Algunas llaman al equilibrio que se consigue tras la práctica, observación, respiración, y respeto por el proceso… Sí, proceso: es un proceso, es un camino a recorrer, cuyo objetivo no es llegar al final, sino disfrutar del recorrido, de cada paso, también a aprender de las equivocaciones, y volver a retomar…..
Todo ello nos ayuda a aprender, a ser pacientes, comprensivos, empáticos, a tener a raya el ego desbocado.
Para que los ecosistemas y las especies se desarrollen debe existir cierto equilibrio. Igualmente sucede con el Yoga: nos enseña a encontrar el centro, a ser equilibrados, a no ir a los extremos…. La mejor opción es estar en equilibrio.
La búsqueda de equilibrio empieza dentro de la esterilla, en nuestro “escenario de ensayo”, practicando una y otra vez las diferentes posturas. Y a medida que el proceso de práctica se va desarrollando, se va creando el estado contemplativo de bienestar mediante la respiración, bañando poco a poco y cada vez más nuestra vida cotidiana de esta nueva conciencia. Nos conduce a cambiar ciertos hábitos como el consumo excesivo de energías contaminantes, o el uso indiscriminado de plásticos…..
¡Encontramos equilibrio en todos los aspectos de la vida!
¡UNA ESFERA QUE LO AUNA TODO:EL SER CON LA NATURALEZA!
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